Hablemos sobre… JUSTICIA RESTAURATIVA con Jorge Ollero

Por Iosu Enguita Quiles

• El Director del Servicio de Ejecución Penal y Justicia Restaurativa del Gobierno de Navarra, Jorge Ollero, establece la Justicia Restaurativa como la solución al problema judicial y penal en España
• La Comunidad Foral de Navarra, a su vez, se convierte en una de las referentes en la metodología restaurativa y acogerá el 22 y 23 de junio el Foro Europeo de Justicia Restaurativa

El pasado año esta tasa incrementó un 5,9%, esto se debió a que los delitos de ciber-criminalidad ascendieron un 72%, mientras que incluso la criminalidad convencional descendió un 1,6%. En contraposición a todos estos datos, la tasa de personas presas por cada 100.000 habitantes nos muestran que en España (en el año 2020) había 118 personas presas. Esta cifra es mayor que la de países como UK, Bélgica y Alemania. Y es aquí donde se encuentra la paradoja y queda patente la problemática de la realidad penitenciaria.

Esta cultura de encarcelamiento viene dada, según Carlos Piñeyroa de la Asociación ¿hablamos?: “Porque en España se utiliza la prisión como solución al conflicto penal. Enviamos a la cárcel a las personas porque es la solución fácil”. La tipología de estos presos viene dada mayoritariamente por delitos contra el patrimonio (38%), seguido por delitos contra la salud pública (16%), homicidios (7%) y por delitos contra la Hacienda Pública (0,7%).

“Para que entres a la cárcel por fraude a Hacienda es necesario defraudar más de 120.000 euros y vas entre 1 y 5 años. Si robas un móvil dentro de un coche a la fuerza, la pena es de 2,5 años de prisión. No es justo”, explica Piñeyroa.

La justicia es igual para todos, pero no todos los presos cumplen las mismas condiciones. En España, actualmente, las cárceles cuentan con un 5% de analfabetos y un 9% de analfabetos funcionales. También, un 53% de los presos cuentan con adicciones y existe una gran cantidad de presos con problemas de salud mental. Este problema trasciende lo penal y se sitúa en lo social, concretamente en la exclusión social donde “parece más sencillo encarcelar que intentar poner una solución al problema”.